En la Banca Sergio Rubio La reciente polémica o show protagonizado por la conductora y actriz Andrea Legarreta entorno al origen...
En la Banca
Sergio Rubio
La reciente polémica o show protagonizado por la conductora y actriz Andrea Legarreta entorno al origen de la variación del valor del dólar y su “nulo” impacto a la economía de las familias mexicanas, nos debe invitar a hacer, por lo menos dos reflexiones: una, la más importante, que desde la televisión mexicana solo se enmascara la información, se manipula al servicio del gobierno en turno e intereses de grupo. Dos, es absurdo que a una simple comunicadora de entretenimiento y “chismes” se le atribuyan valores de liderazgo de opinión y verdad, para creerle.
Lamentablemente, por medio de la televisión mexicana, se manipula y conduce a la población a intereses no siempre loables y de conveniencia válida para la misma población. Ahí no hay periodismo libre ni libertad de expresión.
Estos medios son considerados lo que son: meros escaparates donde se ofrece a televidente de todo: así como en los abarrotes comunes, en donde la estantería mantiene una oferta de todos los productos a la venta. Así es la oferta televisiva.
La frase hecha que indica que “una sociedad informada es mejor” en nuestro país, debe alertarnos. Aquí no siempre hay una sociedad totalmente informada. Para que ello ocurra, el ciudadano simple debería optar en buscar otros medios que no sean la televisión abierta o la radio.
Y eso es difícil exigirlo a una familia que no tiene ni para el sustento económico diario. A ellos no se les puede pedir que compren periódicos, revistas o algún sistema de cable para buscar opciones de información.
Esa debilidad de las familias mexicanas, está plenamente identificada. Es decir, los segmentos –que son enormes- están ubicados y es allí a donde se destinan mensajes huecos y propagandísticos de cualquier tema, como fue el caso del dólar con la actriz y conductora. Así se manipula a las familias que no tienen más opción que el “Canal de las Estrellas” o “Azteca México”.
Si hoy fue con Legarreta, mañana será con Laura Bozo, con Sánchez Azuara, con Javier Alatorre o Lópezdóriga.
Una simple polémica, como la que nos ocupa, puede verse como un elemento más de la sorna o dinámica de “memes” en las redes. Quizás nos haga reír un rato más, pero el caso no debe verse tan simple.
En una sociedad como la nuestra, que busca la perfección en los sistemas lectorales en vías de arribar a mejores niveles de participación política y democracia, esto indica algunas escalas de retroceso que existe en este contexto.
Uno de los teóricos de la democracia moderna, el norteamericano Robet A. Dahl, ha establecido algunos procedimientos para que ocurra la democracia. Su reconocida teoría indica que para que haya democracia, en un país, debe haber ciertas regularidades socio-políticas mínimas, como lo son: elecciones periódicas y sistemáticas, que todos los mayores de edad voten, que los resultados se respeten, que haya libertad para emitir el voto, libre expresión e información pública.
Estos dos últimos conceptos que indica Dahl, en México no están del todo bien, por lo que arriba señalamos. Aquí se manipula todo el tiempo, para perfilar a políticos o para evitar noticias que afectan a miembros de la clase política o gobernantes.
Con esta medida se busca, como ha sucedió, impactar en los resultados electorales, por lo que entonces nuestra democracia adolece de un soporte de libertad de expresión e información necesarios.
La obra cinematográfica “La dictadura Perfecta” de Luis Estrada, no es una exageración. Lejos de ser una simple metonimia, es un reflejo del comportamiento sin ética de los medios televisivos en México.
Tampoco escapan, en esta crítica, algunos medios impresos “nacionales”; por autocensura o fieles a intereses de gobernantes que pagan su publicidad, también tergiversan y manipulan las noticias, o a veces ni contemplan en sus planas algunos casos.
Umberto Eco, escritor Italiano, ícono en el tema de medios de comunicación, nos ha revelado la forma de chantaje que puede efectuarse, por ejemplo en medios escritos. Su más reciente obra literaria “Número Cero” narra entorno a la facilidad de un periódico que se adelanta a hechos con suposiciones, mentiras y chantajes, para incidir en altas esferas de poder. Lo mismo se incide con las masas lectoras.
Entonces en México, lamentablemente se manipula la información, se vende, se actúa con ella, se administra para fines perversos, como fue el caso del guion que leyó la Legarreta donde alguien pagó a Televisa para que la famosa actriz mencionara que el problema del dólar no es responsabilidad de las autoridades mexicanas, y que cuyo impacto a las familias de este país no debemos preocuparnos.