Los hilos del poder Cuauhtémoc Ramos Escobar No falta nada. Pasado, presente y futuro aquí se manifiesta. Estoy en el centro del even...
Los hilos del poder
Cuauhtémoc Ramos Escobar
No falta nada. Pasado, presente y futuro aquí se manifiesta. Estoy en el centro del evento, rodeado de los que me aman y de los que no tanto pero vienen a rendirse, y a rendirme pleitesía por las circunstancias mismas del poder que ejerzo y por la conveniencia de sentirse presentes.
Con tan variada concurrencia lo más importante es sentirse satisfecho… sin pizca de aburrimiento.
Vinieron los bellacos a entregarme el tributo, halagándome con su presencia aunque no sean del todo gratos por granujas.
Y todos en torno a mi persona se arrejuntan porque soy el símbolo del poder que les dispensa…¡Oh,vanidad de vanidades!
Queridos amigos, estamos en El Paraíso de la adulación y del sometimiento, a los bellacos no les cuesta trabajo porque son granujas. Porque ningún lugar existe tan significativo de la política zalamera y servil como lo representa y caracteriza este girón adulatorio de lo ignominioso.
Evento fastuoso que se edita en mi honor año tras año.
Para mi orgullo, orgullo propio del que no puedo sustraerme y menos ser ajeno, celebro la asistencia de personajes tan respetables y sabios que nos distinguen con su grata presencia y le dan mayor relevancia a esta convivencia.
Me acompañan mis padres, el que me formó empresario y mi creador político. Si alguien me hiciera falta sería “Chico” López, que si no lo menciono es porque lo llevo como oro molido en el cerebro como mi padre biológico, desde hace rato ausente de nuestra presencia.
Mentalmente vaya para él un minuto de silencio, que no se puede pedir y pasa desapercibido por tanto relajo, pero así es esto la gente es alborotera. Allá arriba el jefecito entenderá y sabe con cuánto amor se le recuerda.
Me despido con gran emoción y vaya para todos mi infinito agradecimiento, desde el Territorio Sagrado de Las Lichis. (Año Vulgar en temporada de buñuelos).
Su Mario, el bailador de siempre y de rojo corazón. Los amo.
Veredes pues… cosas veredes.